Desde que era pequeña, esta arquitecta de 57 años fue muy cercana a sus dos hermanas menores: Magdalena de 54 años, y Gloria de 51 años. Las tres estudiaron en el Colegio Mariano de Schoenstatt, desde siempre habitó en ellas el sentimiento de temor hacia su padre, básicamente por lo estricto que él era. Nunca pareció una mujer agresiva, más bien se veía de carácter tímido. Esa misma impresión también la tenían sus compañeros de
A principios de la década de los 80, María del Pilar sentía que su vida estaba resuelta. Se había casado en 1976 con Zamorano y se había titulado de arquitecta en el 78. Con su marido habían remodelado la casa de Seminario
Profesionalmente se dedicó a trabajar en pequeños proyectos, siempre ligados al área de la remodelación. Particularmente a la refacción de moteles y cafés con piernas. Nunca quiso dedicarse a algún proyecto más ostentoso, cultivó siempre perfil más bien bajo
Su vida privada se fue tornando muy misteriosa, tanto así que ni siquiera sus colaboradores supieron de su separación en el año 1991. Menos supieron de razones, eso siempre se lo reservó.
Entre los dolores que vivió María del Pilar, el que hizo más visible fue cuando su marido, junto a la pareja homosexual del mismo, Héctor Arévalo, fueron encontrados muertos con un tiro en la cabeza en Abril del año 2008. Los Zamorano no la querían ver en el funeral, lo que detonó que recién días después ella pudiera llorar frente al cuerpo de su marido, que yacía en el mausoleo de los Pérez, el mismo que ambos habían diseñado juntos.
Años antes, en 1999, Pilar sufre otro gran dolor: La muerte de su padre, quien la nombró heredera de al menos el 60% de todas sus propiedades. La causa del fue un largo padecimiento del mal de Alzheimer, que le quitó la vida a don José en la casa que compartía con Agustín Molina y Gloria, su hija menor.
El fallecimiento del padre de María del Pilar, generó una serie de disputas económicas entre ella y su cuñado Agustín, básicamente por la conducción del pequeño imperio inmobiliario del cual Pilar era la cabeza. Pilar siempre despreció a su cuñado, primero que todo porque él no le permitió ver a su padre mientras estaba enfermo y también porque era de origen humilde. Pero de a poco Molina fue tomando un rol preponderante dentro de la empresa de los Pérez, debido a que el patriarca le había dado trabajo y mucha confianza, situación que marca el inicio de los problemas.
La relación con sus hermanas también se terminó trizando en el año 2000, pero pese a eso María del Pilar y Gloria siguieron siendo vecinas, la primera en Seminario 95 y la segunda en el número 97. Este distanciamiento no fue excusa para que los hijos de ambas se hicieran amigos, y siguieran frecuentándose hasta el día de hoy.
La gran debacle de la imagen de María del Pilar, fundamentalmente lo que la arrastra a los grandes problemas que tiene en la actualidad, se forjan desde el 2002 en adelante. Ese año se desarrolla la ruptura amorosa más conflictiva de su vida, con el también arquitecto Rafael Filip. El hombre interpuso una demanda en el 17 juzgado del Crimen por intento de asesinato. Alegó que la mujer había contratado a Williams Martínez, un conocido de ambos, para que lo asesinara previo pago de dos millones de pesos, sosteniendo que el mismo Martínez le había confesado todo el plan. Ella se defendió diciendo que todo eso era un invento y que acreditaría su inocencia con documentación y pruebas.[1]
La seguidilla de situaciones desafortunadas no paró. En 2005, su hija Rocío Zamorano pidió hora en dos oficinas del Registro Civil para evitar que su madre interrumpiera su matrimonio con Rodrigo Arroyo, a quien ella no aprobaba. En 2007 sucede algo parecido, su hijo Juan José, a comienzos de año rompió relaciones con ella después de que ésta empujara por las escaleras a su esposa, Monserrat Hernando. La ruptura con Juan José fue tan definitiva que el joven no dudó en declarar contra su madre al inicio de la investigación por el crimen de Diego Schmidt-Hebbel, comentando lo que había ocurrido con su esposa. Por esta causa, la arquitecta fue formalizada por Homicidio Frustrado, quedando además pendiente la investigación por su presunta participación en el asesinato de su marido años antes.
Pérez, vivía en una profunda depresión que trataba con medicamentos. Pero pese a eso nada podía enfriar su mala relación con Agustín Molina, especialmente después del acuerdo extrajudicial que redistribuyó la herencia paterna y lo dejó a él en mejor posición.
El final de la historia de María del Pilar se produjo de la manera más violenta, cuando Mario Ruz, cumpliendo sus órdenes de ella, asesinó por equivocación a un ingeniero joven y prometedor, Schmidt-Hebbel. El jueves 6 de noviembre fue detenida en su casa de Seminario 95.
María del Pilar Pérez, dentro de su reclusión, siempre ha alegado inocencia. Ha dicho que su familia lo único que quiere es perjudicarla, siente que está en medio de una batalla con ellos. Una batalla a la que quiso ponerle fin hace muy poco, intentando quitarse la vida. Pero que no consiguió, por que quizás aun le queda mucho que aclarar en esta vida.
[1] Declaración que hace Pérez en el tribunal en el año 2005. Todo en base a las acusaciones de Filip en su contra.
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